Se hace camino

©Copyright. 2007, Javier F. Ramos

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.-Antonio Machado

Te voy dejando atrás, al fin comienzo a caminar.Mirando de frente a la vida y al espejo me convierto en el centro de constelacionesy planetas que de nuevo comienzan a dar vueltasalrededor de mí.Tal vez quise olvidarte tanto que no pude,y al fin y al cabo el olvido no es viable.Simplemente en el caminar de la vidafuiste una parada más de mi tren. Llegué, estuve, entré... en honor a la verdad, lo disfruté.Y ahora que el tren se desliza nuevamente sobre las vías, desecho la nostalgia y la melancolíaque sostenían tu recuerdo cerca de mí.Quito el ancla falsa que me mantenía el mar irrealde tu amor. No te he olvidado, mas no busco hacerlo.Hay cosas que sólo se dejan pasar, dolores con losque se aprende a vivir, carencias que se subsanany lágrimas que sólo se secan con la brisa que te acaricia el rostro al caminar.Y esto que escribo es el acto de divagar en mi soledad,mi soltería, mi ser para mí, dejando de ser paraaquel fantasma que llevaba tu perfume y el eco de su risa que se parecía a la tuya.En mi equipaje de este nuevo viaje llevo libros,cartas, vino, papeles en blanco, rastros de la lluviay bronceado de sol tropical. Pero llevo tambiénincurable ese espejismo de tu sonrisa y aquellos ojosque una vez me robaron el alma, la vida y el corazón.En el equipaje de manos llevo ese pensamientoque me reconforta: “Tanto que te di, que tonta fuiste”.Yo pude amarte la vida entera, y cuando digo amarte me refiero a esa compañía que a razón de ternura y fuerza de lealtad hubiera guardado el calor de tu espíritu. Sin importar el frío, hubiera enaltecido tu dignidad a cada tiempoy nunca te hubiera visto como el trofeo como el que te ven ahora...Yo amé, y hoy no lo hago, mas estoy caminando.Me amo a mí, me quiero, me cuido, me importo,me considero, me respeto, me soy leal, y todo lo que soylo soy por mí. Y en ese caminar habré de amartanto como a ti te amé. Y a ti, ¿te amarán así?Ése no es mi problema, ya pasé de ti.Por Javier Ramos